miércoles, 9 de diciembre de 2020

Otros Intereses (Velocidad Del Sonido)

By Joshua Tapia Atilano

Velocidad de propagación de las ondas de presión en un medio cualquiera. Adopta la denominación de velocidad del sonido porque la propagación de un sonido en un material es el fenómeno más claro y fácilmente perceptible de todos los de tipo vibratorio.


El valor más conocido de la velocidad del sonido es el referido a la propagación de una onda en el aire en condiciones estándar y corresponde a 342 m/s (unos 1.230 km/h). Para la propagación en otros medios se tienen valores muy variables: 1.461 m/s (5.260 km/h) en el agua, 5.000 m/s (18.000 km/h) en el acero y 30-70 m/s (100-150 km/h) en el caucho.



La velocidad de propagación de las ondas de presión posee una importancia fundamental en el estudio de los fenómenos de resonancia en los colectores de los motores alternativos y depende de las características del medio. En el caso de un gas, por ejemplo, la mezcla carburada en el colector de admisión o los gases quemados en los de escape, depende de su densidad y de la presión a que se encuentran.

La moderación de la velocidad de un vehículo se hace especialmente necesaria en las vías.de zonas urbanas, donde debe indicarse la misma en todas sus entradas, así como en las travesías de vías interurbanas. Más generalmente, las reglamentaciones de los diversos países, expresadas de distintas maneras según su Código de Circulación, tienden a que los conductores sean dueños, en todo momento, de sus vehículos. En especial, aparte de las indicaciones hechas anteriormente, es necesario que el conductor modere la marcha e incluso en algunos casos se detenga: en las aglomeraciones y en las zonas de tráfico complejo; en los caminos con viviendas próximas a los márgenes; al acercarse a animales que se desplacen por vías de circulación; en las zonas de vías públicas con cruces, estrechamientos y pasos a nivel; en las proximidades de curvas o cambios de rasante que limiten o impidan la visibilidad; en la circulación nocturna en general, sobre todo al cruzarse con otros vehículos; en la circulación por zonas con firme o superficie de rodadura mojados o en mal estado de conservación o limpieza, donde pueda salpicarse o proyectar partículas contra los demás vehículos o peatones, y en el tránsito con niebla densa o lluvia copiosa. Estas normas tienden a evitar posibles accidentes y perjuicios o molestias a los demás usuarios. La autoridad competente suele establecer normas adicionales cuando concurren circunstancias especiales, como los límites generales de velocidad fijados en los años setenta en muchos países, especialmente europeos, para conseguir un cierto ahorro energético.


Para comprobar la observancia de los límites de velocidad, los agentes de tráfico proceden a la determinación de la misma en la circulación normal. Los métodos de control son muy variados y, entre los más frecuentes, pueden incluirse: los detectores y registradores que emplean sistemas de radar; el seguimiento de un vehículo con registro fotográfico de la placa de matrícula del mismo, junto con la fecha y hora de la toma, además de la indicación correspondiente al velocímetro del vehículo seguidor (un perfeccionamiento con La velocidad máxima de un vehículo a motor se alcanza en el régimen en que la curva de la potencia corta a la de la resistencia total. Esta última curva puede dibujarse en función del número de revoluciones del motor, si se conocen la relación de transmisión y la circunferencia de rodadura de los neumáticos.


Este último sistema se compone de 2 cables situados sobre la calzada, en dirección perpendicular al eje de la misma y separados unos 2 m, así como de un aparato registrador, calibrado según la medida del límite que se desea que sea respetado. Al circular sobre los cables, cada vehículo transmite 2 impulsos que son convertidos en equivalencia de velocidad por el registrador, demostrando el cumplimiento o no del límite fijado. Naturalmente, el sistema necesita un complemento (fotográfico, de agente, etc.) para la identificación del vehículo y presenta ciertas complicaciones en el caso de vías con muchos carriles de circulación.

Magnitud física que expresa la rapidez con que se desplaza un objeto, móvil con relación a un sistema de referencia, por medio de la relación entre el espacio recorrido y el tiempo empleado.


Cuando el tiempo considerado posee una dimensión finita (por ejemplo, una hora, un segundo, etc.), el valor de la relación considerada corresponde a la velocidad media de dicho objeto en determinado tramo. En términos prácticos, la velocidad media es aquella a que debería moverse el objeto (durante el tiempo considerado) si su velocidad fuese rigurosamente constante durante todo el recorrido. Simbólicamente, la velocidad media se expresa como Vm=As/At, donde As y Ai son, respectivamente, los intervalos de espacio y tiempo considerados.



Si se trata de espacios cada vez más pequeños, que tiendan a cero, se tiene una aproximación cada vez más exacta de la velocidad en un determinado punto. Con este procedimiento, al que analíticamente le corresponde el límite del cociente (denominado derivada), se llega a la definición de velocidad instantánea; es decir: Vi=ds/dt, donde ds y dt son, respectivamente, los intervalos infinitesimales de espacio y tiempo.


En los vehículos, la velocidad instantánea viene indicada por un instrumento adecuado, el velocímetro, cuya escala suele hallarse graduada en km/h.


Entre las características de marcha por carretera, una de las prestaciones que posee especial importancia es el valor de la velocidad máxima. Ésta depende de la potencia del motor, de la suma de resistencias (aerodinámica, mecánica y de rodadura) y de la relación de transmisión, y corresponde a la condición de equilibrio en la que la suma de las resistencias iguala la potencia suministrada por el motor.



Dicha situación de equilibrio se cumple normalmente a un régimen próximo al de potencia máxima, siendo frecuentemente algo superior a éste. Por este motivo, a la velocidad máxima corresponde un estado de gran solicitación de todas las piezas mecánicas y, por tanto, la velocidad de crucero aconsejada es normalmente inferior.


En el caso de vehículos para velocidades muy altas, como los de récord, la velocidad máxima tiene su límite (por encima de las Potencias instaladas) en la posibilidad de transmitir al suelo la fuerza necesaria para vencer la resistencia aerodinámica que, a grandes velocidades, es muy alta. Este límite se deja notar aún más para las condiciones particulares del recorrido sobre el que habitualmente se desarrollan las pruebas de velocidad pura, por lo que puede suceder que no toda la potencia pueda ser utilizada, ya que solamente se obtendría un deslizamiento de las ruedas y no un incremento de velocidad. Para superar esta desventaja, se recurrió a la tracción total y, a veces, a la adopción de más ejes motores (vehículos de 6 ruedas, de ellas 4 motrices).


Actualmente, con la propulsión a reacción no existen prácticamente límites al incremento de velocidad para vehículos terrestres, a no ser los que obedecen a la exigencia de mantener una estabilidad suficiente y un determinado contacto con el suelo.


El término velocidad se emplea en el lenguaje corriente, alternativamente con el de marcha, para indicar cada una de las relaciones del cambio.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Invitación


By: Joshua Tapia Atilano

 https://youtu.be/faCHB7TqNHQ

En el siguiente link conocerán quién soy presentando lo que verán en este humilde pero entretenido blog de misterio y horror



martes, 24 de noviembre de 2020

Historia 3 (La leyenda de las Gemelas)

By: Joshua Tapia Atilano

Les preparó el almuerzo y salieron a la calle apresuradas. Como cada día, llevaba a sus hijas gemelas al colegio. Caminaban tarareando una canción y cogidas de la mano cuando el teléfono sonó desde su bolso. Era del trabajo. Respondió rápidamente y su interlocutor le pidió que acudiera de inmediato a la oficina. Había ocurrido algo grave, así que decidió que las niñas continuaran solas; conocían bien el camino. Las besó en la frente y emprendió la ruta de vuelta. Solo dio veinte pasos. A sus espaldas, el ruido de un fuerte golpe seguido de un frenazo hizo que volteara la cabeza con una expresión de horror en el rostro. Los cuerpos de las dos pequeñas yacían inertes bajo un camión. Todavía estaban cogidas de la mano.



La mujer se sumió en una profunda depresión de la que consiguió salir con un nuevo embarazo. Por ironía del destino, en su vientre estaban cobrando vida dos niñas gemelas. Cuando dio a luz, el asombroso parecido con sus hijas fallecidas sorprendió a más de un vecino. A medida que las pequeñas crecían, la madre se volvió más y más protectora. Le aterrorizaba la idea de que pudiera perderlas. Un día, de camino al colegio, las hermanas se adelantaron y corrían ante la atenta mirada de la mujer. En cuanto pusieron un pie en el asfalto, una férrea mano las detuvo con brusquedad. Entre sollozos desconsolados, su madre les rogó que no cruzaran nunca sin su permiso. “No pensábamos en hacerlo. Ya nos atropellaron una vez, mamá. No volverá a ocurrir”.


Desde entonces, algunos viajeros aseguran que al pasar por ese tramo unas interferencias se cuelan en la radio y se oye una misteriosa melodía: el tarareo de unas niñas.

Leyenda 2 (Jack el Destripador)

By: Joshua Tapia Atilano

Una de las leyendas de terror más famosas de todo el mundo es la de Jack el Destripador. Es una historia real pero que tiene cierto aire de misticismo pues el caso sí existió pero jamás se ha sabido la identidad del asesino, hoy, su personalidad es toda una leyenda. 



En 1888, el distrito de Whitechapel era uno de los barrios más pobres. Calles lúgubres, bares mugrosos y diversos burdeles con mujeres cuya única forma de supervivencia era la prostitución. Este barrio fue el elegido por el asesino en serie más temido de la historia: Jack El Destripador.


Solo fueron cinco asesinatos, pero las escenas eran tan dantescas que era inimaginable que un ser humano cometiera ese tipo de crímenes. La primera víctima de Jack El Destripador fue localizada el 31 de agosto de 1888, su nombre era Ane Mare Nichols de oficio prostituta, le había seccionado la tráquea y el esófago con un arma blanca. Además tenía las vísceras esparcidas en el cuerpo.


Las otras cuatro víctimas también eran prostitutas. Su segunda víctima fue Annie Chapman, sus intestinos estaban a un lado del cuerpo sobre su hombro derecho, y una parte de su estómago se encontraba junto al hombro izquierdo. La sangre esparcida por todo el cuerpo era inimaginable.


En un solo día, Jack El Destripador cometió otros dos asesinatos. Esto fue el 30 de septiembre de 1888 y sus víctimas también eran prostitutas. Elizabeth Stride, la primera de ellas, fue encontrada con una sola herida que atravesaba el cuello de lado a lado. Se cree que fue interrumpido mientras la degollaba porque no se había ensañado tanto. Y la segunda al parecer fue asesinada media hora después, su nombre era Catherine Eddowes, y en esta ocasión sí se ensañó porque la degolló, le mutiló la cara, le arrancó la nariz y tenía una herida que iba desde la vagina hasta el esternón, además le extrajo un riñón.


Su último crimen fue el peor de todos. Es uno de los asesinos más temibles de la historia. Además, recientemente –en abril de 2018– se subastó una carta que se cree fue escrita por el asesino y vendida en 30,000 USD. 

Leyenda (La Sonrisa del Payaso)

By: Joshua Tapia Atilano

Una joven esperaba el autobús de noche en una de las marquesinas de la zona de Metropolitano, el principal núcleo de colegios mayores de la capital. La zona está rodeada de los parques que forman el campus universitario y, junto con las facultades vacías, logran un perfecto escenario de película de terror.



La espera de la joven fue interrumpida cuando un grupo de jóvenes, supuestamente de aspecto skinhead, que la sacó de sus pensamientos. Empezaron a hablar y a burlarse de ella y, después, comenzaron a forzarla. Para hacer aún más macabro el forcejeo, le dibujaron la 'sonrisa del payaso' para poder violarla sin que ella pudiese gritar.


Este tipo de tortura consiste en hacerle a la víctima un corte en cada lado de la comisura de los labios, de forma que si abre la boca para gritar, la herida se desgarra.


Los rumores de este tipo de agresión fueron tan fuertes que, en 2003, los directores de varios colegios mayores madrileños tuvieron una serie de reuniones para investigar e intentar poner fin a esta alarma que se extendía entre los jóvenes universitarios. Como la mayoría de las leyendas, no se pudieron contrastar los hechos, ya que ningún hospital de Madrid había registrado un paciente con ese tipo de agresión.

Relato 2 (¿Has subido a ver a los niños?)

By: Joshua Tapia Atilano

Una adolescente está cuidando por primera vez a unos niños en una casa enorme y lujosa. Acuesta a los niños en el piso de arriba, y, cuando apenas se ha sentado delante de la televisión, suena el teléfono. A juzgar por su voz, el que llama es un hombre. Jadea, ríe de forma amenazadora y pregunta: “¿Has subido a ver a los niños?”.



La canguro cuelga convencido de que sus amigos le están gastando una broma, pero el hombre vuelve a llamar y pregunta de nuevo: “¿Has subido a ver a los niños?”. Ella cuelga a toda prisa, pero el hombre llama por tercera vez, y esta vez dice: “¡Ya me he ocupado de los niños, ahora voy a por ti!”.


La canguro está verdaderamente asustada. Llama a la policía y denuncia las llamadas amenazadoras. La policía pide que, si vuelve a llamar, intente distraerle al teléfono para que les de tiempo a localizar la llamada.


Como era de esperar, el hombre llama de nuevo a los pocos minutos. La canguro le suplica que la deje en paz, y así le entretiene. Él acaba por colgar. De repente, el teléfono suena de nuevo, y a cada timbrazo el tono es más alto y más estridente. En esta ocasión, es la policía, que le da una orden urgente: “¡Salga de la casa inmediatamente! ¡Las llamadas vienen del piso de arriba!”.

Historia 2 (La Chica de la Curva)

By: Joshua Tapia Atilano

Existen diferentes versiones, pero todas ellas tienen un denominador común: una joven enfundada en un vestido blanco. Cuenta la leyenda que un padre de familia volvía del trabajo a casa por la carretera de las Costas del Garraf. Era una noche lluviosa, el frío empañaba el parabrisas y el cansancio empujaba sus párpados hacia abajo. A medida que avanzaba por la carretera, las gotas golpeaban con más violencia los cristales de su coche, que perdía estabilidad en el serpenteante trazado del asfalto.



El hombre agudizó los sentidos y redujo la marcha. En ese mismo instante, los faros del vehículo iluminaron la figura de una chica que, empapada por la lluvia, esperaba inmóvil a que algún conductor se apiadara de ella y la llevara a su destino. Sin dudarlo ni un momento, frenó en seco y la invitó a subir. Ella aceptó de inmediato, y mientras se sentaba en el lugar del copiloto, el chofer se fijó en su vestimenta. Llevaba un vestido blanco de algodón arrugado y manchado de barro. Por su pelo enmarañado, parecía que llevaba un buen rato esperando.


Reanudó el viaje y empezaron una distendida conversación en la que la chica esquivó en varias ocasiones la historia de cómo había llegado hasta aquel lugar. Hasta que llegó el momento idóneo. Con una voz fría y cortante, le pidió que redujera la velocidad hasta casi detener el vehículo. “Es una curva muy cerrada”, le advirtió. El hombre siguió su consejo y, cuando vio lo peligroso que podría haber sido, le dio las gracias. Ella, con voz cortante y fría, le espetó: “No me lo agradezcas, es mi misión. En esa curva me maté yo hace más de 25 años. Era una noche como ésta.” Un escalofrío recorrió la espalda del hombre y erizó su piel. Cuando giró la vista hacia el copiloto, la joven ya no estaba. El asiento, sin embargo, seguía húmedo.

Otros Intereses (Velocidad Del Sonido)

By Joshua Tapia Atilano Velocidad de propagación de las ondas de presión en un medio cualquiera. Adopta la denominación de velocidad del son...